viernes, 23 de abril de 2010

Pesadilla y decalración

Estamos en precioso claro de un bosque. Por mi culpa nos tubimos que marchar muy lejos. Tube que fingir mi muerte para que mis padres no me buscasen. Aunque nos costó un poco acstumbrarnos al nueo sitio estamos bien. Eric y Nadia se soportan y solo se pelean por pasatiempo, pero no se hacen heridas graves. Estamos los tres hablando y riéndonos; la verdad es que lo pasamos bien.
Entonces, Nadia y Eric se tensan y se giran. Cuando hago lo mismo veo a una tropa de vampiros y licántropos liderados por Sam, Imbécil, y un fuerte hombre-lobo. Veo que alnos llevan dos jaulas enormes y en ellas están Jack y el padre de Eric. Los vampiros y licántropos ya están en posición de atauqe y Eric y Nadia se preparan. De repente pasa algo totalmente inesperado: Imbécil se mete en la jaula donde está el débil padre de Eric y... ¡NO! Sam lo está asesinado... Luego, el licántropo líder, se mete en la jaula donde está Jack... y hace lo mismo que Imbécil. Veo como la lágrimas brotan de los ojos de Nadia y Eric y noto como la pena inunda mi corazón. Entonces, viene lo esperado: furia, deseo de venganza. Eric se transforma en lobo y aúlla lo más fuerte posible y Nadia entra en posición de ataque y ruge. Estamos preparados. Se inicia una especie de querra de un montón de vampiros y licántropos (como mínimo 25 de cada raza) contra nosotros tres.
Tan pronto los veo venir comienzo a lanzar bolas de fuego a diestro y siniestro (preo sin tocar e Nadia y a Eric). Lo peor es que eso solo daña a los vampiros así que hago crecer raíces gigantes del suelo y que los estrugen. De repente oigo un grito... ¡Es Nadia! Corro lo más deprisa que puedo hacia ella, pero es demasiado tarde... yace muerta en el suelo a los pies de un enorme licántropo.
-¡¡NO!!
Lanzo la llamarada de fuego más poderosa y llena de rabia al estúpido licántropo, que muere en el acto. Miro el cuerpo sin vida de Nadia y luego a mi alrededor. Queda un solo licántropo, sin contar a Eric y tres vampiros, entre ellos está Sam. Lanzo otra potente llamarada al licátropo dejándolo sin vida y hago que suba una enorme raíz que aplasta a uno de los vampiros. Tan pronto lo veo inconsciente sobre la hierva oigo el grito de Eric.
-¡¡NO!!
Corro hacia allí y veo el cuerpo inerte de Eric tendido a los pies de un horrible vampiro sonriente. La raíz más grande y gruesa sale del suelo para estrujar al maldito vamiro. Cojo su cuerpo y lo llevo junto al de Nadia, muy despacio, ya que estoy muy cansada. No me hace falta mirar para saber que Sam viene hacia mí, sonriendo.
-Así que la chica maldita se ha quedado sola- se carcajea.
Hago como si no le oyera. Llego junto al cuerpo de Nadia. Sé que el sueño de ellos no era morir juntos, pero va a tener que ser así. Quiero estar en su compañía cuando esté muerta.
-No puede haber humanos maldito, ¿lo sabías? Y mucho menos estar en compañía de ninguno de nosotros... o ellos. Eso quebranta todas las leyes, así que creo que tendré que acabar contigo.
Me arrodillo en medio de Eric y Nadia y cojo las manos de cada uno. Me giro y levanto la barbilla para que Sam se dé cuenta de que no le temo. Viene hacia mí sonriendo. Cierro los ojos... y espero mi muerte.


-¡¡AAAAH!!
Abro los ojos. Estoy en un bosque junto a un árbol. Amanece. Mis ojos están húmedos y por mis mejillas aún corren las lágrimas. Me doi cuenta de que sólo era una pesadilla, ya que no estoy en un claro, sino rodeada de árboles. ¡Maldita pesadilla! He llegado a pensar que ellos habían muerto de verdad...
Comienzo a llorar de nuevo al saber que es de verdad lo que pasó y cual fue mi decisión. Ahora sólo estoy yo.
Me levanto y ando hasta encontrar una pequeña fuente con agua potable cerca de un claro. Es mucho más pequeño que el de la pesadilla, así que bebo un poco y me pongo en pie con intención de buscar algo para comer cuando noto una cálita mano sobre mi hombro.
No. Mi corazón dá un vuelco al verlo de nuevo y se llena de sentimientos contradictorios: felicidad pero tristeza al mismo tiempo. Mis labios esbozan una sonrisa que rápidamente borro mordiéndome el labio inferior.
-Luz, ¿estás bien?
-Eric...- suspiro.
-¡Tú estás loca o qué? ¡¿Por qué demonios te fuiste corriendo?! ¡¡Ni se te ocurra volver a hacerlo!! ¿Sabes el susto que me diste?
No aguanto más. La idea de ireme se hace cada vez más débil.
-¡No lo entiendes!- grito- No puedo estar con vosotros... os estoy poniendo en peligro...
-¡Me dá igual!- coge mi rostro entre sus manos obligándome a mirarle a los ojos- Lus, estás en peligro y no pienso dejarte sola, ¿entiendes? Escúchame, Luz, te quiero y no voy a dejar que te pase nada.
¿Acaba de decirme que... me quiere? Sé que tengo que irme y por eso no quiero creerle, pero la idea de irme ya casi se ha ido por completo; pero lo que más deseo es creerle, y sé que miente cuando veo la verdad en sus ojos: él me quiere desde el primer momento, y yo a él también.
No puedo articular palabra. Le miro a los ojos y antes de que pueda reaccionar le beso. Corresponde a mi beso rodeándo me la cintura y yo rodeo su cuello con mis brazos. Así nos fundimos en un apasionado y dulce beso que cambiará muchas cosas.
Porque ahora sé que nos queremos y que nadie podrá cambierlo...







Esto lo ha escrito:
Fátima

miércoles, 21 de abril de 2010

Descuido y error

El mundo de la noche...
Ya lo echaba de menos...
Y por supuesto allí estaba yo; estaba hambrienta, y que mejor forma de saciar mi apetito con sangre fresca.
Que puedo intentar explicarlo de muchas formas para que suene mas menos bestia, pero la verdad es que había salido de caza…de humanos.
La caza de humanos es una de las actividades que más me gustan…y los licántropos quieren prohibirlo…estúpida familia de Peludito.
Entré en un pub que tenía un ambiente perfecto para lo que yo quería hacer.
Me acerqué a la barra y pedí una copa.
Y olí a un vampiro, lo busqué con la mirada, era un chico alto, musculoso, moreno con el pelo largo por detrás y corto por delante, con unos ojos juraría que de color negro, aunque quizás fuesen marrón oscuro. Vamos, que estaba bien para los vampiros, y perfecto para los humanos.
Él sabía que yo estaba allí.
Me miró, lo miré.
<> pensé paseando la vista por la gente que había en el local.
La música resonaba en mis oídos, apuré mi copa y me levante.
No estaba guapa, ni siquiera estaba preciosa, estaba exuberante.
Llevaba una camiseta roja de lycra, ajustada y escotada, unos shorts muy shorts y unos taconazos de vértigo, de esos que no puedes subir escaleras porque te caes.
Ví por el rabadillo del ojo como el vampiro salía del pub con una chica rubia.
Después de un tiempo olí que otro individuo peculiar entraba en el local: un licántropo.
¡Mierda! Si no me había olido ya, solo sería cuestión de segundos.
Esperaba que no fuera uno extremista anti-vampirismo, anti-mordeduras, Socio nº1 del Club de la Estaca y Hoguera y que no se le diese por perseguirme con cadenas de plata.
Me miró, de arriba abajo, aguante su mirada dejé que me estudiara, después se dio la vuelta y siguió a lo suyo.
-Hey! ¿Bailas?—¿Estaban hablando conmigo? Me dí la vuelta.
Un tio me estaba mirando. Pues sí, estaban hablando conmigo.
Rubio, ojos azules, 1.80 y pico de estatura, ni gordo ni delgado…
Nota media: Comida seleccionada.
-¡Pues claro!
Haber…ni sé bailar ni sé como lo voy a hacer sin caer, pero da igual…
Y bailamos, y venga a bailar…no me cansó en absoluto, pero me aburrí.
Y tardó, tardó mucho, pero al final nos enrollamos.
-¿Tienes coche?-pregunté
-Si-ronroneó
Fuimos hasta su coche, abrió una de las puertas de atrás, lo empujé a dentro. Y justo en ese momento empezaron los malentendidos que ya se veían venir.
Cuando el chico (¿Cómo se llamaba?) se quedó acostado en los dos asientos de atrás, y yo me puse encima suya (¡con la puerta cerrada, claro!) el se quita la camiseta y empieza a desabrocharse el cinturón.
Ejem…¡creo recordar que en ningún momento dije que me iba a acostar con el!
Estúpidos humanos, siempre interpretando las cosas comos les da la gana.
Le agarré de los pelos, tiré hacia un lado y le mordí el cuello.
-¡Joder! Eres de las que te gusta morder.
Sentí su sangre en mi boca. Mis colmillos se desplegaron completamente.
-¡¡Me has hecho sangrar!!
Me levanté con que pudiera verme. Y por fin entendió su error
-¿Qué…qué eres…?
-Una vampira.
Me abalanzé sobre él y comenzé a chuparle la sangre, hasta que le dejé completamente seco.
Abrí mi bolso, aparté el cadáver de un empujón. Me quité la camiseta completamente ensangrentada. Me limpié toda la sangre que tenía encima.
Cogí una camiseta que llevaba en el bolso, era de color verde, muy parecida a la otra. La roja fue directa al bolso.
¡Toc-toc!
¡¿Y ahora quien llama a la puerta?!
Olí el aire.
Vampiros.
Vale, por lo menos eso no era malo.
Abrí la puerta.
En cuanto los ví me dí cuenta de mi descuido.
Un descuido que acabaría en un error fatídico.
-¡Oh! ¡¡Mierda!!-fue lo único que me dio tiempo a exclamar antes de que unas pesadas cadenas de plata cayesen sobre mi.



Esto lo ha escrito:

Iree