martes, 6 de julio de 2010

Agua y malas noticias

Podría decirse que despues de aquello me olvidé de todo. Lo único que rondaba mi cabeza era Eric. Olvidé que lo estaba poniendo en peligro de muchas formas y que tenía que irme lejos, muy lejos, para que estuviese a salvo. Estuvimos todo el día juntos, podría decirse que no nos separamos ni un momento.
Busqué comida ya que estaba muerta de hambre y encontré bastante fruta en los árboles. Eric se quedó embobado mirando como la la fruta nacía on una simple petición mía. Estuvimos en el bosque casi toda la mañana hasta que decidimos dar una vuelta. Ni yo ni él habíamos estado nunca por allí, así que cuando descubrimos que a la salida del bosque había una playa muy bonita nos sorprendimos, pero sonreímos y nos quedamos allí, mirando el mar. No había ninguna ciudad ni ningún pueblo cerca y, aunque hiciesa bastante buen tiempo, tampoco ninguna persona.
Cuando comenzamos a tener hambre se transformó en lobo y se metió en el mar para pescar algo. Mientras yo fui a por algunas frutas más y las guardé. Encendimos una hoguera para asar el pescado. La verdad es que estaba bastante bien.
Estubimos un rato hablando y riendo hasta que recordé lo que pasaba.
-Eric... qué pasará a partir de ahora?
-A qué te refieres?
-Soy una chica maldita que pronto será perseguida por los vampiros y los licántropos. Mi mejor amiga ha sido astuta y se ha largado y estoy enamorada de un chico al que estoy poniedo en peligro sólo por estar junto a él, pero del que no quiero alejarme. No he visto amis padres desde ayer y seguro que están preocupados. Para que lo que pase nada a nadie tengo que irme y... no quiero!
Dije esto sin pensar, peo me di cuenta de que era verdad y no pude evitar llorar.
-Luz! Cálmate, vamos...- me abraza fuerte para intentar clamarme y me tranquilizo.
Inspira, expira... inspira, expira... Así estube durante al menos 15 minutos. Me seco las lágrimas de a cara y miro la hora: las 19:00. Faltan aun unas horas para el anochecer. Apoyo mi cabeza en su pecho y miro el mar. Es precioso. Si pudiera me quedaría toda la vida ahí. Miro a Eric a los ojos y antes de que pueda decir algo me besa muy dulcemente. Esta noche me voy, pero primero quiero disfrutar al máximo del día...
Le sonrío, lo cojo de las manos y acerco mi rostro al suyo para decirle:
-Tonto el último!
Me levanto, corro todo lo que puedo hasta llegar el mar y me tiro al agua; segundos despues veo un chapuzón a mi lado. El agua está frsquita, así que me relajo y nado un poco. Jugamos un poco, lo típico de los chapuzones, cuando Eric se para de repente.
-Huele a vampiro... y es un olor conocido...
Le suena... Si fuese Nadia me habría soltado y me lo habría dicho. Sólo hay otra opción... No, por favor!
-Sabes quién es?
-El olor de Nadia lo reconozco perfectamente, este solo me suena... Pero no puedo reconocerlo.
Un chapoteo. Es débil, pero lo oigo. Alguien acaba de tirarse al agua para que no percibamos su olor. Alguien que nos ha estado espiando. Alguien que quiere algo de nosotros y que, probablemente, sea peligroso. Me suelto de Eric para prepararnos para le ataque. Entonces, sin previo aviso, una mano blanca me agarra la pierna. Me asusto y grito. Una ola enorme nos hace Eric y a mí hacia atrás. Cuando me levanto y abro los ojos me falta tiempo para ver una enorme espiral de agua que sube hacia arriba con un vampiro en medios que grita mi nombre. El fuego, la tierra... y ahora el agua? Miro al vampiro y... No. No puede ser él. Nadia le dijo que se largara.
Me relajo y miro fijamente al agua. Poco a poco va vajando y deja a nuestro amigo en el suelo.
-Jack! Lo siento, no he podido controlarlo. Oye, qué estás haciendo aquí? Y por qué no te acercaste de una manera mas normal?! Me has asustado!
-Es Nadia. Sé que me dijo que me fuera, pero esperé en un bosque cercano. La vi pasar delante de mí dirección a la ciudad, corriendo. La he estado buscando pero... Lo único que sé es que la vi sair de un pub con un tío pero había mucha gente y la perdí de vista. Lo único que vi, cuando pude empezar a buscar, fue al chico desangrado y el jodido olor de la plata...
No es que supiera mucho de vampiros, pero algo que sí sabía, era que a plata era muy dañina para ellos...





Esto lo ha escrito:
Fátima

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