jueves, 22 de julio de 2010

Rescate en el Día Mundial de los Abrazos

Desperté por tercera vez.
Abrí los ojos, no veía nada, nada de nada. ¿Cómo era posible? Sabía que no tenía una venda en los ojos, y debería poder ver perfectamente en la más honda oscuridad. Y a pesar de todo estaba cieda…Intenté gritar, estaba amordazada. Solo pude soltar un gruñido. Una mano me acarició la mejilla. No lo había olido; no lo había oído.
Por primera vez sentí miedo. Estaba desprotegida, más vulnerable que nunca. No podía oler, no podía oír, no podía ver, no podía gritar y no podía moverme. Volvía a estar totalmente apresada entre plata.
A lo lejos oí un golpe seco. Espera, no estaba sorda, simplemente oía las cosas más lejanas que antes. Sentí como me quitaban la mordaza, antes de que pudiese gritar una mano me tapó la boca.
-No grites, Nadia, estoy aquí-oía a lo lejos. Me pareció reconocer la voz.
-¿Jack?-susurré con voz ronca.
-Si, soy yo.
-¡Jack estoy ciega!
El se rió.
-Solo son imaginaciones tuyas. Los vampiros no pueden quedarse ciegos a no ser que le arranquen los ojos…y tu tienes los dos.
-Jack, en serio, estoy ciega…-¿Por qué no me creía? Eligió ese momento para sueltarme.
Me cogió en brazos y me sacó de allí. Jack me hablabla, me decía cosas que no entendía del todo. Por el camino me volví a quedar inconsciente.

En el momento en el que recuperé la consciencia estiré los brazos para comprobar si seguía encerrada. Me sorprendí al averiguar que estaba libre. Abrí los ojos. Doble sorpresa: ¡Podía ver!
Reconocí el sitio en el que me encontraba: El piso de Jack.
Me levanté, me fui al baño y me dí una ducha. ¡¡Que ganas de darme una ducha!!
Sentí que alguien abría la puerta, supuse que era Jack.
-¿Nadia? ¿¡Nadia donde estas!?
Pues si, era Jack. Me envolví en una toalla y salí de la ducha.
-¿Qué? ¿Ahora no puedo darme una ducha feliz y contenta?
-Estas ahí-suspiró.
-¿Y donde iba a estar? ¿En Guatemala?
-Hace tiempo que no te veo tan ligerita de ropa…
-¡Eh! ¡Stop amigo! ¿Puedo seguir duchándome? Gracias.
Cuando acabé de darme la ducha salí corriendo y me encerré en el dormitorio de Jack.
Abrí su armario, rebusqué en busca de alguna prenda que me sirviese. Acabé con una camiseta dos veces más grande de lo que necesitaba y unos pantalones de deporte enoooooooooormes. Salí del dormitorio. Jack se me quedó mirando aguantando la risa.
-¡No te rias! ¿Qué pasa? ¡La culpa es tuya! ¿No tienes ropa de mujer para emergencias?
-No-¡que bien se lo estaba pasando!-¿Estas bien?
-Si
-¿Quién…?
-Sam
-Ya, ¿Y que…?
-La Cura
-¿Y la ha…?
-No
-¿Te ha…?
-Si
-¿Y te ha do…?
-Si
-¡Dejame decir las preguntas!-dijo apresuradamente-¿Dónde tienes La Cura?
-Más cerca de lo que nadie se imagina, y mas camuflada de lo que se sospecha.
-¿Cómo te dejó inconsciente?
-Con inyecciones de plata fundida.
Me abrazó; eso era raro, Jack no abrazaba.
-Cuando te traje, estabas tan…vulnerable. Pensé que te perdería para siempre.
Le miré y me miró. ¡Se había preocupado por mi! Nos besamos, apasionadamente, ¡como dos vampiros! ¡Que ganas de sacarle la camiseta a Jack! Supingo que el estaría pensando lo mismo.
Luz eligió ese momento para aparecer. Se nos quedó mirando, obviamente no creo que esperara verme ni vestida tal como estaba ni en pleno morreo con Jack.
-¿Es que no sabes llamar a la puerta?
Luz corré hacia mi en plan reencuento:otro abrazo más. ¿Era el Día Mundial de los Abrazos y yo no me había enterado?
-¡Que guapa estás hoy chupasangre!-ese era Peludito, ¿Quién faltaba en la sala? La mascota, el perrito..
-Lo sé, siempre estoy guapa. Tu también estas muy mono hoy, aunque me gustes más a cuatro patas, das más guerra.
Eric se me quedó mirando pensando en que responderme.
Jack se partía de risa igual que Luz y que yo
-¡Oye! Deja de mirar a mi ligue de un dia-le dije a Luz, ya que no dejaba de mirar a Jack.
-¿De un dia?-contestó Jack
-¡Vale! De una semana
-Eso está mejor.
Sonreí ironicamente a su comentario.


Esto lo ha escrito:
Irene
''Porque lo prohibido es lo mejor''

No hay comentarios:

Publicar un comentario