miércoles, 27 de enero de 2010

El otro vampiro

-Vámonos ya- le dije a Eric.
-¿A donde?
-Ya lo sabes.
-No pienso salir detrás de Nadia.
-Muy bien. Entonces adios.
Y me voy corriendo en la direción en la que se fue Nadia pensando cúal sería ese poder que se me había concedido.
-¡Luz espera!- me dice Eric corriendo trás de mí.- Te llevaré, seguiré su rastro- me dice suspirando.
-¡Bien!- digo con una sonrisa.
Entra en fase, se agacha un poco para poder subir y subo. Comienza a correr mientras olisqueaba el suelo. Vi como el paisaje se difuminaba tan pronto como pasábamos y supe que, aunque fue durante sólo media hora, recorrimos muchos kilómetros. No estaba acostumbrada a ir a tanta velocidad pero había otra cosa en mi mente... ¿Qué poder tenía? No tenía ni idea.
Esa pregunta no se iba de mi cabeza y tenía una, o dos, ideas. Aunque solo fuera por las chispas. ¿Truenos...? ¿Fuego...? Ni idea. Y eso no me gustaba.
Eric se paró y yo me bajé de su lomo. Él volvió a su forma humana y me cogió la mano, con espresión sombría. Hacía solo unos días que le conocía, pero sabía que estaba preocupado.
-¿Qué pasa?- le pregunté.
-Huelo a Nadia, pero no la veo y... no está sola...
-¿Sabes... quién la acompaña?
-Uno de los suyos... y creo que me suena su olor... Como si lo conociese.
-¿Qué tal, Luz?- me pregunta... ¡¿Nadia?!
-¡¿Nadia?!- no puedo evitar que una sonrisa cruce mi rostro.
Corro hacia ella y la abrazo. Ella también me abraza... pero parecía rara, estaba distinta.
Y entonces hizo algo... demasiado... no sé como llamarlo. Pero cogió mi muñeca y... me mordió. Justo cuando había clavado la punta de sus colmillos en mi mano, el lobo gris claro, que tan familiar se me hacía en estos dos últimos días, sató encima de ella.
-¡No!- grité. Pero no me hicieron caso.
Justo cuando iba a ir junto a ellos, a meterme en medio si hacía falta, noté como alguien me cogía los brazos por detrás y no me dejaba moverme. Le miré. Era un chico. Un vampiro más bien, el acompañante de Nadia, supuse. Vi como miraba mi muñeca, ya que de ella caian unas gotas de sangre.
-¡¡Suéltame!! Por favor...- intenté resistirme y sultarme lo mejor que pudiese, pero no me sueltó. Dichoso vampiro... no lo conocía y ya lo odiaba.
-No... no puedo...- me contestó en susurros.
Pero sabía que quería sueltarme. Esto tenía que ser idea de Nadia y ella no quería que me pasase nada malo.
-Al menos deja que me cure la muñeca, por favor... Me duele muchísimo- en realidad no me dolía, pero no quería que me mordiese allí mismo.
Me sueltó el brazo que tenía herido y me sujetó por un hombro y un brazo. Cogió una tela y me la entrega. Me la pongo alrededor de mi muñeca sangrante y vuelve a agarrarme fuerte. ¿Por qué no había elegido a un vampiro más débil?
Miré como iba la pelea... no tenía buenas pintas... Ninguno de los dos iba muy bin y se veían cansados. Vi como Nadia mordía a Eric y le hacía una grande herida en una pata delantera.
Esta vez no cayeron las lágrimas por mi rostro, sino que la furia se volvió a apoderar de mí. La furia anterior y la de ver a Eric así... a manos de mi mejor amiga... No aguanté más.
-¡¡Suéltame ahora mismoo!!- le grité.
Mi temperatura aumentó... pero fue distinto a las demás veces...






Esto lo ha escrito:
♥Fátima♥

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