domingo, 10 de enero de 2010

La pelea

Seguía sin creerme del todo lo que me había pasado en el insti ese día... ¡Era genial! Los seres fantásticos que tanto me gustaban existían de verdad... Cualquiera me llamaría loca si se lo contaba, pero me daba igual. Además, les había prometido a Nadia y a Eric que no se lo contaría a nadie. Eric... ese nombre le quedaba que ni pintado. Era un nombre muy bonito, para mi gusto, y él... era para mí el chico perfecto. Aunque de él solo sabía como era estéticamente, su nombre y que era un hombre lobo.

Era un pena no saber nada más acerca de ellos. Bueno, al menos sabía porque Nadia nunca hablaba de ella. Pero ahora podrían contármelo, ahora que me lo habían dicho podrían contarme más cosas.

Y como tenía tantas ganas de saber más sobre ellos, me propuse ir a preguntarles al día siguiente, que era sábado.



Despierto, desayuno rápidamente, me arreglo y voy en su busca. Sabía más o menos dónde frecuentaba ir Nadia, pues me había dicho cuales eran sus sitios favoritos. Me dijo que le gustabab los lugares tranquilos, para estar sola y pensar.

Todos esos sitios eran unos campos algo alejados de la ciudad, pero todos en la misma dirección. Comencé a buscarla por todos esos campos, hasta que solo me quedó el último, el más alejado de la ciudad. Me llevó toda la mañana llegar hasta aí y estaba muy cansada. Iba a mirar si ella estaba por aí, pero no la vi.

Justo cuando iba a marcharme oigo unos gritos como de... ¿guerra o una pelea? Empecé a correr hacia donde se oían los gritos y vi a un enorme lobo de pelo color claro y a una... ¿vampiresa?

¿Serían ellos? No, no lo creía... pero me acerqué un poco más. Puede que de lejos no reconozca a alguien, pero un poco más de cerca sí... y no soporté lo que estaba viendo. Nadia, una vampiresa feroz y elegante, estaba peleando contra Eric, un fiero y enorme lobo de pelaje gris claro. No lo podía creer...

Sabía que quería a Nadia porque era mi mejor amiga y de alguna manera , de la que se escapa la razón, también quería a Eric. Sabía que eran enemigos mortales porque me lo habían dicho... pero pensaba que les importaba a los dos, a Nadia al menos. Y a Eric también, por lo que había pasado... No sabía por qué me había hecho ilusiones...

Pero me daba igual que me quisieran, me odiaran o, simplemente, no les importara, que fuera una más del montón. Tenía que parar la maldita pelea. Al menos intentarlo... o no me lo perdonaría jamás.

-¡¡¡Parad la pelea de una veez!!!- les grito, una y otra vez... pero no me oyen nunca, ya que sus gritos lo apagan todo- Por favor...-añado en susurros.

Pensé que ya no me quedaban esperanzas, hasta que vi a Eric con las patas encima de Nadia... Eric había vencido... y quería matar a Nadia... ¡No podía permitirlo! Comencé a correr hacia ellos lo más rápido que pude. Estaba a dos pasos de ellos cuando Eric iba a matarla cuando...

-¡¡¡DÉJALA DE UNA VEEZ!!!- le grité.

Me miraron, incrédulos, y me acrqué a ellos. Eric me miró, dudoso, lugo miró a Nadia, luego a mí... y así sucesivamente durante un rato. No sé porqué, supongo que lo hizo porque finalmente si le importaba, pero se le sacó de encima y volvió a su forma humana.

Nadia jadeaba y fui corriendo junto a ella. Le puse una mano en un hombro y le ayudé a incorporarse. Estubimos un rato allí sentadas con Eric en frente y sin moverse. Parecía triste y dudoso, como si no estuviese seguro de si había hecho o no lo correcto. Volví a centrar mi atención en Nadia, que ya estaba mejor. Seguía en su forma de ataque y miraba a Eric con odio. Sacudió la cabeza y volvió a su forma de siempre.

Suelté, poco a poco, a Nadia, con miedo a que volviese a atacar a Eric. Lo único que hizo fue mirarle con odio.

Les miré a los dos preocupada y, al mismo tiempo, pidiéndoles una explicación. Eric parecía seguir en su pequeño trance y me dio pena, así que me acerqué a él. Solo di un paso en su dirección y volví a mirar a Nadia. No sabía muy bien que quería decirme con la mirada, ya que era una rara mezcla de sensaciones.

Nadia levantó la barbilla y vino hacia mi. Eric, levantó la cabeza (por fin), me miró y también avanzó hacia mi. Se pusieron frente a mi, pero del todo, cada uno por su lado. Me estaban desesperando...

Y estaba demasiado preocupada por ellos y por lo que podrían hacrse... Sabía que estaba siendo una egoísta al pedirles que no se destruyeran, pero sentía que los necesitaba... Y pasara lo que pasase, iba a mantenerlos vivos...




Esto lo ha escrito:
♥Fátiima♥

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